martes, 23 de septiembre de 2014

Los Clientes

Esos seres de otro planeta…

“El cliente siempre tiene la razón”. Eso seguro lo dijo el primero que tuvo empresa antes de atender a un cliente.

No. El cliente no solamente no tiene la razón siempre, sino que es muy rara la ocasión en que la tiene. No sé si pase así en todas las áreas de trabajo con clientes, pero en lo que respecta a lo mío si.

Desde que tengo clientes como freelance, como trabajador de oficina y luego como empresario, son muy pocos los que se han ido lisos. La cabra siempre tira al monte dicen. Los clientes si no la ponen a la entrada, la ponen a la salida.

No quiero poner ejemplos para que ningún posible cliente se vea reflejado cuando de casualidad entre en este blog. Pero todos los que diariamente conversamos, y trabajamos con clientes hemos conocido al menos a uno que quiere lanzar cohetes a la Luna, barato, y para ayer, a los que no tienen ni idea de como lanzar un cohete a la Luna, pero se imaginan que se hace barato y para ayer, a los que no tienen ni idea de qué lanzar a la Luna, pero lo quieren barato y para ayer, y por último pero no porque sean pocos, a los que no tienen ni idea de qué hacer, ni cómo, ni dónde, pero lo quieren barato y para ayer.

Del otro lado, cuando ya se lanzó el cohete con feliz aterrizaje en la Luna, están los clientes que les cuesta terminar de pagar el proyecto, los que creen que ya que tienen el cohete en la Luna, montar la base espacial debe ser gratis y los que no van a pagar el proyecto y de paso se molestan por cualquier tontería, simplemente para no demostrar que no tienen razón.

El cliente no tiene la razón, peero… hay que enseñarlos para que la tengan. Hacerles un “inception” para que crean que el cohete en la Luna nunca se hubiese podido hacer sin ellos, aún cuando ya este es tu cohete 1501 en la Luna. Ellos no dependen de ti, pero también hay que enseñarles a que uno no depende de ellos. La relación profesional con el cliente debe ser una simbiosis productiva, y hasta amigable. Hay que enseñarles cómo es el procedimiento de desarrollo de un proyecto, para que entiendan por qué tener el cohete en la Luna no puede costar nunca menos de (cifra realista aquí).

Hacer negocios no es aprender a ser un desgraciado. Es aprender a tener la fuerza suficiente para que los desgraciados no puedan contigo. Esto lo he aprendido a los golpes y no con la competencia, sino con los clientes.

Por supuesto no todos son así. Hay excepciones a la regla, y esos clientes, no importa el capital que inviertan en tu trabajo, sea mucho o poco, son tus mejores clientes. Valóralos porque son pocos.

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